martes, 23 de septiembre de 2008

Cataclismo de amor

Eres perenne aurora,
borealidad cristalina,
luces opacas de bohemia
y cristales de Murano,
que adornan mi alcoba,
cuando contigo sueño.


Un cataclismo de amor,
que abdica rebelado,
su nefasta existencia,
a sabiendas de la necedad,
que compungidamente,
mostramos ante su cara,
haciéndonos solo daño,
aunque palpita cada corazón,
por todo esto enojado.


Dejo volar mi pluma lánguida,
en la noctambulidad solsticia,
de esta Luna que esta nueva,
aullándole mis amarguras,
lanzando la tinta de mis venas
y los sueños de mis arterias.


Dejo traspasar mi alma,
por radiaciones iónicas…
Perfectas secantes,
de pensamientos acres,
que no me dejan dormitar
y me impiden olvidar.


Quiero llenarme de eclipses,
despojarme de huracanes,
encapucharme de glaciares,
deslizarme en este aire,
que retoza en tus pulmones
y ser la gota de lluvia fría,
que siempre te quite la sed.

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