
Tengo ganas de descoyuntar la madrugada
y ceñirme diáfana a tu sombra obtusa,
que trastabilla noctámbula e intrusa,
paseándose pereciente por claraboyas,
guarecientes de una mimia ráfaga solar.
Me encaramo difusa a tu pálida sonrisa,
perpetrando ligaduras encarnecientes
y promiscuando agazapada sobre tu vientre...
Vierto un distante acorde meticuloso, en tu piel,
deseosa de vaciarte completamente de mi ser...
Y no requerir del dolor, para olvidar que te amé.
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